En la primera entrada, Ohtani conectó un potente batazo que chocó contra la valla del jardín derecho con una velocidad de salida de 111.3 millas por hora (aproximadamente 179.1 km/h), logrando un sencillo. A pesar de la reacción del público, la jugada terminó siendo un poco desafortunada para Ohtani, quien fue sorprendido en un inusual doble play luego de avanzar inadvertidamente sin pisar la segunda base al intentar regresar a la inicial.
El momento más controvertido del juego llegó en la quinta entrada. Ohtani recibió una base por bolas y, en un intento de robo de base, parecía haber conseguido su robo número 58. Sin embargo, los árbitros determinaron que el lanzador de los Rockies, Antonio Senzatela, había cometido un balk, anulando el robo y dejando el total de bases robadas del japonés sin cambios… hasta el sexto inning.
En su siguiente turno al bate, Ohtani logró otro sencillo frente al relevista Chriswell, y esta vez sí consiguió concretar su robo número 58 de la temporada, llevando su racha de robos consecutivos a 35, sin haber sido puesto out en esa distancia. Los Dodgers, que lideraban cómodamente, ampliaron la ventaja para llevarse el juego 13-2.
OHTANI TIENE UNA OPORTUNIDAD MÁS
Además de seguir incrementando sus números en bases robadas, Ohtani también tiene en la mira el codiciado título de bateo. Con un promedio de .310, el japonés aún tiene una oportunidad de superar al líder actual, el venezolano Luis Arráez de los Padres, quien mantiene un promedio de .314 pero no jugó el partido del día.
Si Arráez no participa en el juego final de la temporada regular, Ohtani necesitaría al menos 4 hits en 4 turnos en el último partido del 29 de septiembre para sobrepasarlo. Si lo logra, no solo alcanzaría los 200 hits en la temporada, sino que también añadiría otra página legendaria a su ya impresionante carrera. (RI/AG/IP/)