El salario promedio de los trabajadores extranjeros en Japón representa el 70% del salario de los trabajadores japoneses, según el informe del Libro Blanco sobre la Economía y Finanzas 2024 publicado el 26 de agosto.
El informe revela que los trabajadores extranjeros, fundamentalmente aquellos que están bajo los programas de formación técnica, ganan en promedio un 28,3% menos que sus contrapartes japoneses. Este análisis, respaldado por diversos estudios estadísticos, evidencia que factores como la edad, el nivel educativo y la experiencia laboral no son suficientes para explicar la totalidad de esta brecha.
Sin embargo, tras ajustar estos parámetros, persiste una diferencia del 7% que, según el informe, es atribuible a prácticas laborales discriminatorias. En términos prácticos, los trabajadores extranjeros enfrentan barreras para alcanzar salarios justos, lo cual impacta no solo su bienestar económico, sino también su integración social en Japón.
LA DIFERENCIA DE LA VISA
Otro factor clave es el estatus de residencia. Los datos del informe muestran que los trabajadores extranjeros con residencia permanente o casados con ciudadanos japoneses ganan salarios comparables a los trabajadores locales en algunas circunstancias.
Sin embargo, la realidad es muy diferente para otros grupos: los trabajadores con visas de alta cualificación ganan un 4% menos que los japoneses, y la situación es aún más desfavorable para aquellos con visas de habilidades específicas, quienes ganan un 16% menos.
Los trabajadores del programa de formación técnica sufren la mayor disparidad, con un 26% de diferencia salarial, en gran medida debido a las limitaciones del sistema que les impide cambiar de empleador y negociar mejores condiciones.
LAS OCUPACIONES MÁS DISPARES
La disparidad salarial también afecta de manera desigual a diferentes sectores. Las ocupaciones técnicas y de manufactura, donde se concentra una gran parte de los trabajadores extranjeros, enfrentan los mayores desafíos.
Según datos del Ministerio de Trabajo, en ocupaciones técnicas y de construcción, los trabajadores extranjeros reciben salarios hasta un 20% más bajos que los locales.
Esto refleja una profunda desigualdad estructural en sectores críticos para la economía japonesa, que dependen cada vez más de mano de obra extranjera ante la falta de trabajadores japoneses.
ATRAPADOS POR EL BAJO SALARIO
Uno de los mayores problemas identificados en el informe es el «problema de transferencia de habilidades».
Muchos trabajadores extranjeros, especialmente aquellos con visas de habilidades específicas enfrentan dificultades para que sus competencias sean reconocidas cuando cambian de empleo. Esta situación limita su capacidad de crecimiento profesional y económico, perpetuando la desigualdad salarial.
En la construcción, por ejemplo, el cambio de empleador rara vez implica una mejora significativa en el salario, ya que las nuevas empresas no valoran adecuadamente las habilidades adquiridas por el trabajador en su experiencia previa.
En consecuencia, los trabajadores extranjeros se encuentran atrapados en un ciclo de salarios bajos, a pesar de su contribución sustancial a sectores fundamentales para el país.
DISPARIDAD SALARIAL PERPETUA
La dependencia de Japón en la mano de obra extranjera barata es motivo de preocupación para algunos expertos. El profesor Kazuaki Asato, de la Universidad de Kioto, alerta que perpetuar este modelo puede convertirse en un obstáculo para la competitividad económica del país a largo plazo.
“En una sociedad que envejece rápidamente, Japón necesita mejorar el valor añadido de la mano de obra extranjera, en lugar de mantener una fuerza laboral subvalorada”, advirtió Asato.
Este planteamiento adquiere mayor relevancia cuando se consideran los esfuerzos de Japón para mantenerse competitivo en una economía global en constante evolución. La falta de un sistema que garantice la equidad salarial y fomente el reconocimiento de habilidades podría ralentizar el crecimiento económico del país.
SE NECESITAN REFORMAS
Ante estos desafíos, el gobierno japonés ha reconocido la urgencia de reformar las prácticas laborales. El informe insta a revisar los sistemas que permiten las disparidades salariales y a implementar medidas que promuevan un trato justo para los trabajadores extranjeros.
«Japón enfrenta una escasez de mano de obra, por lo que es crucial revisar las políticas y prácticas que generan disparidades salariales sin justificación», afirmó una de las conclusiones del Libro Blanco sobre la situación de los inmigrantes.
El informe señala directamente al sistema de «entrenamiento técnico» como el principal motivo «de la rigidez salarial» que impide el aumento de salarios y no fomenta la retención de talentos en Japón.
Se sugiere además que Japón promueva el uso de “japonés fácil” y la traducción de trámites para eliminar barreras lingüísticas, para facilitar la permanencia de trabajadores cualificados.
Por último, el Libro Blanco sostiene que la integración de los trabajadores extranjeros «no debe ser solo como mano de obra», sino como miembros de la sociedad japonesa.
«Es vital -afirma- crear un entorno donde tanto japoneses como extranjeros puedan convivir respetuosamente compartiendo responsabilidades sociales. También es necesario garantizar que los extranjeros tengan acceso a servicios esenciales, como la atención médica y la educación, con una carga adecuada y justa. (RI/International Press)