Un equipo de científicos japoneses de la Universidad de Tohoku ha logrado modificar la estructura de un medicamento ya en uso para combatir el cáncer, potenciando su eficacia en las células cancerígenas. El equipo, liderado por el profesor Kiyotaka Koseki y el profesor Hitoshi Kasai, ha desarrollado una nueva versión del compuesto que se activa dentro de las células tumorales, lo que podría reducir los efectos secundarios y mejorar los tratamientos actuales.
El avance se basa en la modificación del compuesto «SN-38», un derivado del fármaco quimioterapéutico Irinotecan, que actúa inhibiendo la replicación del ADN en las células cancerígenas, impidiendo así su división y crecimiento. Aunque el Irinotecan ha demostrado ser eficaz, su uso conlleva fuertes efectos secundarios, como diarrea severa, debido a que afecta tanto a las células tumorales como a las sanas.
UN ENFOQUE INNOVADOR
El equipo de investigación ha aprovechado una característica común de muchas células cancerígenas: la alta presencia del antioxidante glutatión. Este compuesto actúa como un desencadenante para el nuevo medicamento, que está diseñado para permanecer inactivo hasta que entra en contacto con el glutatión en las células tumorales. En ese momento, el fármaco se activa y comienza a destruir las células malignas, minimizando el impacto en las células sanas.
Mediante la unión química de dos moléculas de SN-38, los investigadores han logrado que esta combinación se separe y libere su efecto solo en presencia del glutatión. Los experimentos realizados en ratones con cáncer han mostrado que este nuevo compuesto es más efectivo que el Irinotecan en la reducción del crecimiento de tumores sólidos, y lo más importante, no se han observado toxicidades graves.
¡CONTRA LOS EFECTOS SECUNDARIOS!
Uno de los aspectos más prometedores de esta investigación es que el nuevo fármaco parece generar menos efectos secundarios que los tratamientos actuales. Esto se debe a que el glutatión, que está presente en mayores cantidades en las células cancerígenas, se encuentra en cantidades mínimas en la sangre, lo que reduce la posibilidad de que el compuesto afecte a otros tejidos del cuerpo.
Aunque existen algunos tipos de cáncer que no presentan grandes cantidades de glutatión, en la mayoría de los casos, los niveles son más altos que en las células normales.
EXPECTATIVAS DE FUTURO
El próximo paso en esta investigación será producir el nuevo compuesto a una calidad apta para uso farmacológico y someterlo a rigurosas pruebas de seguridad. Si todo avanza según lo previsto, los científicos esperan iniciar ensayos clínicos en humanos en los próximos 5 a 10 años.
Este nuevo tratamiento podría ofrecer una opción más segura y efectiva para los pacientes que enfrentan diversos tipos de cáncer, marcando un hito en la lucha contra esta enfermedad. Los resultados de este estudio han sido publicados en la prestigiosa revista científica Nanoscale, lo que refuerza la importancia de este avance en el ámbito de la oncología. (RI/AG/IP/)
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