El trágico incidente ocurrido en febrero de 2020 en la ciudad de Usuki, prefectura de Oita, donde dos miembros de una familia fueron asesinados en su hogar, tuvo su desenlace final. El acusado, Shoichi Sato (39), fue condenado hoy a pena de muerte por los cargos de asesinato y robo con violencia.
Los detalles del caso revelaron una escena espantosa: los cuerpos de la madre, Takako Yamana (79), y su hijo mayor, Hiroyuki Yamana (51), presentaban más de 50 heridas cada uno. Los forenses testificaron que los cortes infligidos con un cuchillo de cocina y otros objetos fueron mortales. La causa de la muerte fue la pérdida de sangre, y la brutalidad del ataque conmocionó a la comunidad.
Sato mantuvo una defensa inverosímil durante el juicio. Afirmó que tres hombres enmascarados, que se hacían pasar por youtubers, lo habían involucrado en el crimen.
«Simplemente conduje hasta el lugar con la guía de un hombre que llevaba una máscara blanca de lucha libre profesional. El verdadero culpable es otro», afirmó.
Sin embargo, los fiscales argumentaron que no existían pruebas de la existencia de estos tres hombres. Sato no pudo proporcionar sus nombres ni detalles sobre sus videos en línea. Además, su comportamiento tranquilo e inexpresivo durante el juicio contrastaba con la angustia de los familiares de las víctimas.
El hijo menor de Takako Yamana, en su declaración final, expresó su convicción de que Sato era el culpable y pidió que se haga justicia. La sentencia de muerte fue un veredicto contundente, pero el misterio de los motivos detrás de este horrendo crimen sigue sin resolverse. (RI/AG/)
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