En la Dieta se está debatiendo actualmente un proyecto de ley que establece que los extranjeros con residencia permanente que no pagan sus impuestos y las primas de seguridad social perderán su estatus.
Los legisladores del Partido Democrático Constitucional de Japón y el Partido Comunista Japonés se oponen con firmeza a la iniciativa.
Uno de ellos dijo que en el proyecto subyace “una xenofobia profundamente arraigada”, revela Mainichi Shimbun.
También critican su ambigüedad.
El proyecto impulsado por el gobierno japonés señala que la anulación de la residencia permanente se aplicará a quienes de manera deliberada no cumplan con los pagos descritos.
Sus detractores sostienen que no está especificado qué constituye exactamente falta de pago “intencional”.
La propuesta también estipula que un residente permanente puede perder su condición de tal si incumple deberes como portar su tarjeta de residencia.
Los legisladores de la oposición alertan de que por una falta menor una persona puede recibir una sanción muy dura.
Para los directamente afectados, los residentes extranjeros, el proyecto es “una amenaza para nuestras vidas y derechos humanos”.
¿Qué dice el gobierno de Japón?
El ministro de Justicia, Ryuji Koizumi, dijo que la medida solo afectará a los casos “maliciosos”.
La Agencia de Servicios de Inmigración de Japón aclaró que el proyecto no perjudicará a los residentes que omitan los pagos señalados por enfermedad o pérdida de empleo, haciendo énfasis en que tiene que haber “intención”.
Un alto funcionario de la agencia dijo que para ser residente permanente un extranjero debe cumplir con sus deberes públicos y que solo quieren que “sigan cumpliendo con ellos”.
Sin embargo, los críticos de la iniciativa sostienen que los residentes permanentes deben recibir la mismas sanciones que recaen sobre los ciudadanos japoneses. No debe haber distinción por nacionalidad. Si al extranjero, además, se le revoca el estatus, estará recibiendo un doble castigo.
Con la residencia permanente, un extranjero puede permanecer en Japón de manera indefinida.
En principio, el solicitante deben haber residido en Japón durante al menos 10 años, tener buen comportamiento, ser independiente desde el punto de vista económico y cumplir con los deberes públicos.
De los 3,41 millones de extranjeros que viven en Japón, alrededor de 890.000 son residentes permanentes. (International Press)
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