El 19 de mayo empezaron a regir las primeras directrices establecidas por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón para reducir los problemas de salud por el consumo de alcohol. La ley marco fue aprobada en febrero de este año.
Estas directrices indican la cantidad de alcohol que incrementa el riesgo de diversas enfermedades, expresada en términos de alcohol puro, y exhortan a la población a moderar su consumo. Se advierte, particularmente, que incluso una pequeña cantidad de alcohol puede aumentar el riesgo de hipertensión.
CANTIDADES Y RIESGOS
Las directrices proporcionan valores de referencia sobre la cantidad de alcohol que aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. Para los hombres, se establece que consumir más de 40 gramos de alcohol puro al día aumenta el riesgo, mientras que para las mujeres, el límite es de 20 gramos al día.
Para poner esto en perspectiva, 20 gramos de alcohol puro equivalen aproximadamente a una botella mediana de cerveza de 500 mililitros o una medida de sake de 180 mililitros o una lata de chuhai de 350 mililitros, así como 2 copas de vino que equivalen a 180 mililitros.
En cuanto al riesgo de desarrollar cáncer de colon, las directrices señalan que tanto hombres como mujeres tienen un riesgo mayor si consumen 20 gramos de alcohol puro al día.
No obstante, en el caso de la hipertensión y el cáncer de esófago en hombres, y el accidente cerebrovascular hemorrágico en mujeres, incluso un consumo mínimo de alcohol puede aumentar significativamente el riesgo de estas afecciones. Por ello, se enfatiza que «es preferible consumir la menor cantidad posible de alcohol».
RECOMENDACIONES
Para mitigar los efectos adversos del alcohol en la salud, las directrices sugieren varias prácticas «saludables» para su consumo:
– Determinar previamente la cantidad de alcohol que se va a consumir: Planificar con antelación puede ayudar a evitar el consumo excesivo.
– Consumir alimentos antes y durante el consumo de alcohol: Comer puede reducir la velocidad de absorción del alcohol en el cuerpo.
– Beber agua entre las bebidas alcohólicas: Esto puede ayudar a mantenerse hidratado y reducir la ingesta total de alcohol.
– Designar días sin alcohol a lo largo de la semana: Tomarse descansos regulares del alcohol puede ayudar a disminuir el riesgo de dependencia y otros problemas de salud.
– Se aconseja evitar el consumo rápido y excesivo de alcohol, no presionar a otros para que beban, y no usar el alcohol como una solución para la ansiedad o el insomnio.
EL PROBLEMA EN JAPÓN
Según el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, el consumo de alcohol por persona adulta ha disminuido desde su pico en 1992. Por otro lado, el número total de pacientes con dependencia al alcohol era de 46.000 en 2017, manteniéndose en un nivel similar al de 1996, cuando había 47.000 pacientes. (RI/AG/)
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