La Policía Metropolitana de Tokio intervino hoy el local del Partido Tsubasa no To y las casas de sus máximos dirigentes por violar la Ley de Elecciones al interrumpir con un altavoz, y otras acciones de sabotaje, los discursos de candidatos de otros bandos durante la campaña de las elecciones parciales de la Cámara de Representantes que se realizaron el pasado 28 de abril. Es la primera vez en décadas que ocurren estos incidentes en una campaña política de Japón.
Esta mañana, la policía intervino la sede Tsubasa no To, en Chiyoda, Tokio, donde incautó materiales para reforzar su investigación. La autoridad dijo que tres tres personas son sospechosas de obstruir la libertad de proselitismo, entre ellos el Atsuhiko Kurokawa (45), secretario general del partido, y el candidato Ryosuke Nemoto (29).
Son sospechosos de perturbar los discursos de otros bandos con gritos utilizando altavoces y haciendo bulla otros elementos, además de perseguir y obstaculizar la circulación de vehículos de campaña de sus competidores.
La Ley de Elecciones prohíbe los actos que interfieran con los discursos electorales o impidan el tránsito de las personas considerándolos delitos que obstruyen la libertad electoral. Los infractores pueden ser condenados a penas de prisión de hasta 4 años o una multa de hasta 1 millón de yenes.
Un fallo de la Corte Suprema japonesa de 1948 dictaminó que la obstrucción del discurso electoral es «un acto que hace imposible o difícil que la audiencia escuche».
El 18 de abril, inmediatamente después de que comenzara la campaña, el Departamento de Policía Metropolitana comunicó a Nemoto, Kurokawa y otros responsables de campaña de Tsubasa no To que interrumpir los discursos de otros grupos podría violar la Ley de Elecciones.
La advertencia fue desoída por los dirigentes de Tsubasa no To. Se dijo que los otros grupos se vieron obligados a abstenerse de anunciar el calendario de sus discursos callejeros para evitar ser perseguidos y acosados.
Tsubasa no To es visto como un grupo de extrema derecha, nacionalista, antiglobalista y antivacunas, que pide limitar el poder del Banco de Japón y abolir el impuesto al consumo. Kurowa, su máximo dirigente, es conocido por abrazar teorías de la conspiración.
El partido no tiene representantes en el parlamento ni en ninguna asamblea prefectural, pero sí un concejal en la ciudad de Asaka en Saitama, que también está siendo investigado en este caso. (RI/AG/IP/)