El 30 de abril, Noriyuki Matsuda, miembro de la Asamblea Municipal de la ciudad de Yao, en la prefectura de Osaka, estaba distribuyendo folletos sobre sus actividades políticas puerta por puerta.
Eran las 3 de la tarde cuando se dio cuenta de que su teléfono había dejado de funcionar, revela Mainichi Shimbun.
Creyendo que era solo un fallo de comunicación, lo dejó pasar. Llegó la noche y nada. A las 7 fue a una tienda cercana de SoftBank, su proveedor, para preguntar qué estaba pasando.
Le respondieron que había cambiado el modelo de su teléfono, algo que él no había hecho.
Matsuda preguntó dónde se había realizado el procedimiento y el personal de SoftBank, tras verificar la información, le contestó que en una tienda en Nagoya en la que él nunca había estado.
La persona que fue al local de Nagoya presentó la tarjeta My Number de Matsuda para demostrar su identidad.
Pero si el asambleísta tenía su tarjeta consigo, ¿qué documento había mostrado el delincuente?
Su tarjeta había sido falsificada.
Ser un político lo hizo más vulnerable.
En su sitio web, Matsuda había publicado datos biográficos (como su fecha de nacimiento), su número de teléfono y dirección. Con esa información el delincuente falsificó el documento.
El ladrón, además, secuestró su línea de teléfono y compró a su nombre un reloj Rolex de 2,25 millones de yenes (14.400 dólares) en una tienda en Ginza.
También gastó otros 170.000 yenes (1.090 dólares) en cuestiones diversas (transporte en taxi, por ejemplo) y encargó la compra de otro reloj de lujo valorado en 950.000 yenes (6.090 dólares), proceso que Matsuda pudo detener.
“Nunca pensé que mi información pública como miembro de la asamblea sería utilizada de esa manera”, dice un desconcertado Matsuda a Mainichi.
SoftBank se ha comprometido a compensarlo por el monto que fue utilizado para las compras ilegales.
El asambleísta pide a las compañías de telefonía móvil que verifiquen minuciosamente la identidad de sus clientes para que no haya más víctimas.
El presidente de SoftBank, Junichi Miyakawa, ofreció disculpas por el deficiente chequeo de la identidad de sus usuarios en algunas tiendas.
Otro político, Yutaka Kazama, miembro de la Asamblea Metropolitana de Tokio, fue víctima de un robo similar. (International Press)