¿Se puede vivir con 45.000 yenes (294 dólares) al mes en Japón? Un hombre de 79 años, residente en la ciudad de Osaka, dice que sí.
“Eso es todo el dinero que tengo”, dice sobre la pensión mensual que recibe.
“No hay otros ingresos ni ahorros”, añade en declaraciones a la emisora YTV News en un reportaje que recoge el sitio News On Japan.
¿Cómo llegó a este punto?
Un punto de quiebre en su vida fue el cáncer de estómago que le diagnosticaron a los 62 años. Fue sometido a una cirugía y tuvo que dejar de trabajar.
Cuando le dieron de alta del hospital, el negocio en el que estaba involucrado cerró (en realidad, iba mal).
Más adelante, consiguió un arubaito como guardia de seguridad. Además, alquilaba una habitación en su casa, donde vivía con su esposa.
Ella administraba la economía familiar. Registraba todo en un cuaderno. “Era meticulosa, a diferencia de mí”, dice.
Su esposa murió en octubre del año pasado por un cáncer terminal. Fue “duro”, recuerda el hombre, pero ella nunca se derrumbó. Se mantuvo firme hasta el final.
Hoy el anciano vive solo. Lo sostiene anímicamente el recuerdo de su esposa. Cuando sus hijos se independizaron, la pareja comenzó a viajar a menudo, creando recuerdos para toda la vida. Ella, incluso muerta, le sigue ayudando a vivir.
El hombre se cocina y se desplaza en motocicleta (así ahorra en transporte).
Naturalmente, con su escuálida pensión, vive de manera muy austera, pero de vez en cuando se da un lujo, como comprar sus fresas favoritas, que a su esposa le encantaban.
Hasta se permite apostar (pequeñas cantidades, claro) en regatas y carreras de caballos, de las que es aficionado. (International Press)