En el distrito de Adachi, Tokio, la población china ha crecido más del doble en los últimos diez años.
Una mujer china de 34 años que dirige una tienda de artículos de consumo cotidiano chinos explica por qué le gusta Japón, donde lleva ya una década.
“En Japón, no tienes que preocuparte por las relaciones con amigos o familiares. No tienes que pensar en el matrimonio ni en los problemas con los suegros”, dice en declaraciones que recoge el sitio News On Japan.
En China, donde el año pasado el número de matrimonios cayó a un mínimo histórico, la presión social por casarse es muy fuerte y ahuyenta a personas como la mujer.
El dueño de una tienda de productos chinos afirma: “Vivir solo aquí es muy cómodo. No quiero volver a China”.
Otro residente chino hace hincapié en que el alquiler en la zona es “barato”. Paga alrededor de 70.000 yenes (443 dólares) por un apartamento 2DK.
Un hombre que dirige un restaurante de cocina china en Kameido y que lleva siete años en Japón comparte su primer flechazo con el país en el que reside: “La hermana de un amigo vino a Japón a estudiar y dijo que los japoneses son amables y las ciudades están limpias. Eso me hizo admirar el lugar”.
“Los salarios en Japón son altos y la gente tiene buenos modales. Después de vivir en Japón por un tiempo, la vida en China ya no me conviene. Mucha gente (china) quiere vivir en Japón”, añade.
El hombre también gestiona apartamentos para ciudadanos chinos. La mayoría de sus inquilinos son estudiantes que quieren trabajar en Japón después de aprender el idioma.
El crecimiento de la población china ha hecho posible la creación de comunidades que se unen en torno a cosas como, por ejemplo, la danza tradicional china.
Reunidos por las redes sociales, hay de 7 a 8 grupos con alrededor de 300 personas por cada uno. Además de bailar, se ayudan en cuestiones como el trabajo o la visa.
Uno de los miembros explica las ventajas de vivir en el país si se tiene hijos: “Japón tiene excelentes sistemas educativos y de bienestar social. Los tratamientos médicos para los niños son gratuitos”.
La vida en Japón es más tranquila. “La competencia en China es feroz y es fácil acumular estrés”, explica.
No todos, soin embargo, parecen ver con buenos ojos la mayor presencia china.
Un japonés que lleva más de 60 años viviendo en la zona dice: “Es preocupante, como si los japoneses estuvieran desapareciendo”. (International Press)