Un corresponsal de NHK en Nueva York compró hace poco un Big Mac por 6 dólares y 52 centavos. Calculando 154 yenes por dólar, el nivel más bajo desde 1990, equivalía a alrededor de 1.000 yenes, el doble de lo que costaría en Japón.
El periodista compartió su experiencia en redes. Los comentarios no tardaron.
Una persona que tiene previsto viajar por negocios a Estados Unidos dijo que llevaría sopa de miso instantánea y fideos para gastar menos.
Otra persona contó que en las vacaciones de primavera hará turismo interno, absteniéndose de viajar al extranjero.
La publicación del reportero de NHK pone de relieve cómo la debilidad del yen afecta a los viajeros japoneses en el extranjero.
Esto también perjudica a escuelas como una preparatoria privada de Tokio que desde hace más de diez años envía a sus estudiantes a Hawái para promover el intercambio internacional.
Si en 2019, el viaje costaba 280.710 yenes por estudiante, cinco años después ha aumentado a 448.138 yenes.
Para octubre está programado un viaje a Hawái para estudiantes de segundo año. Si la debilidad del yen no se revierte, para el 2025 buscarían otro destino.
Peor es para los jóvenes japoneses que desean estudiar fuera de su país. La caida del yen encarece la matrícula y los gastos de vivienda, entre otros.
Si antes se podía estudir en Canadá durante un año por 2-3 millones de yenes (sin incluir los gastos de viaje), ahora cuesta al menos un millón de yenes más, según una empresa en Tokio que se encarga de los procedimientos necesarios para que los japoneses puedan estudiar en el extranjero.
La compañía está recibiendo solicitudes para acortar el período de estancia, cambiar de país o aplazar sus planes.
Algunos piden trasladarse a países donde también puedan trabajar. (International Press)