“Es una decisión histórica de las autoridades reconocer que el exceso de trabajo remoto causó una enfermedad relacionada con el trabajo”.
El autor de estas declaraciones en una conferencia de prensa en la sede del Ministerio de Trabajo de Japón en Tokio esta semana, Yusuke Kasagi, es el abogado de una mujer que cayó enferma por trabajar demasiado desde su casa.
Su clienta se sumó al equipo de contabilidad y recursos humanos de Starkey Japan, un fabricante de audífonos con fines médicos con sede en Yokohama, en 2019, revela Asahi Shimbun.
Comenzó a trabajar desde casa en 2020 debido a la pandemia.
Sus horas extra aumentaron a finales de 2021 y en marzo de 2022 le diagnosticaron un trastorno de adaptación.
En marzo de este año, las autoridades laborales de Yokohama concluyeron que la mujer, una persona en la cincuentena, desarrolló una enfermedad mental por el exceso de trabajo.
Los dos meses anteriores al inicio de la enfermedad la mujer hizo más de 100 horas extra mensuales.
La mujer trabajaba bajo un régimen laboral de salario fijo, que por lo general se aplica a empleados con horarios flexibles o que trabajan fuera del horario de oficina habitual.
En el caso de quienes trabajan de manera remota, el Ministerio de Trabajo exige que no estén bajo supervisión constante de sus jefes, explica Asahi.
Los trabajadores remotos, además, no están obligados a responder de inmediato a las órdenes de sus superiores a través del teléfono u otros dispositivos.
Sin embargo, en el caso de la mujer había tanta presión que no podía dejar su computadora porque su jefe le enviaba indicaciones varias veces por hora.
Esto, según las autoridades de Yokohama, era ilegal.
Tras conocerse la decisión, Starkey Japan dijo que toma el asunto con “seriedad” y que está en proceso de negociación con la empleada. (International Press)