Entre noviembre de 2021 y septiembre de 2022, 22 guardias de la prisión de Nagoya agredieron y maltrataron a tres reclusos al menos 400 veces.
13 de ellos fueron remitidos a los fiscales. Todos los casos fueron desestimados.
Sin embargo, el gobierno de Japón decidió actuar para impedir los abusos contra los reclusos y formó un panel de expertos para que abordase el tema, informa Yomiuri Shimbun.
Se descubrió que los trabajadores penitenciarios se referían a los reclusos como “condenados” o “estos tipos”, de manera peyorativa.
Los expertos concluyeron que los abusos se debían en parte al hecho de que los guardias no tenían conciencia sobre los derechos humanos de los internos.
El comité propuso que se prohibieran los nombres despectivos para aludir a los reclusos.
Asimismo, recomendó la prohibición del uso de nombres sin el sufijo honorífico “san”.
En línea con las propuestas del grupo de especialistas, el Ministerio de Justicia ha ordenado que el personal de las prisiones de todo el país utilice el sufijo “san” al dirigirse a los presos.
“Cambiaremos la relación entre el personal y los reclusos, que ha sido de confrontación”, explicó un funcionario ministerial de alto rango.
La disposición entrará en vigor en abril.
Otras medidas se han propuesto para combatir los abusos, como el uso de cámaras pequeñas por parte de los guardias y la revisión del contenido de los programas de capacitación de los trabajadores penitenciarios. (International Press)
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