Un reciente hallazgo indica que investigadores en China podrían haber identificado y completado el análisis del genoma del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 a finales de 2019. Esto sugiere que el gobierno chino tenía conocimiento sobre la naturaleza del virus antes de compartir la información con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enero de 2020.
El Comité de Energía y Comercio (E&C) de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos reveló estos hallazgos ayer como parte de su investigación sobre el origen del coronavirus.
Según el informe del Comité E&C, la información del genoma del coronavirus fue enviada el 28 de diciembre de 2019 a GenBank por la Dra. Lili Ren, una investigadora de virus del Instituto de Patógenos Biológicos, una institución afiliada al gobierno chino. GenBank, una base de datos de secuencias genéticas administrada por una institución subordinada a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EEUU, recopila y publica información genética de organismos y microorganismos proporcionada por investigadores de todo el mundo.
La Dra. Ren no proporcionó información adicional requerida para la publicación en el sitio de GenBank, y, como resultado, la información genómica suministrada fue eliminada sin ser publicada.
Las autoridades estadounidenses indican que el contenido era «casi idéntico» al genoma del coronavirus publicado oficialmente más tarde por el gobierno chino.
Según la cronología de la pandemia de COVID-19 publicada por la OMS en enero de 2020, el gobierno chino identificó el virus que causa el COVID-19 el 7 de enero y completó el análisis de su genoma el 12 de enero, informando a la OMS. Los resultados de esta investigación sugieren que China había completado su estudio sobre el virus causante más de dos semanas antes de compartir la información a nivel internacional.
La genómica del virus causante del COVID-19 ha sido fundamental en las estrategias de contención del virus y en el desarrollo de vacunas en todo el mundo. Este hallazgo plantea la posibilidad de que China, a pesar de tener información crucial desde las etapas iniciales, pudo haber retrasado el compartir estos datos, lo que podría haber contribuido a la expansión del daño causado por la infección. (RI/AG/)