En 1999, un accidente en una planta de procesamiento de combustible nuclear en el pueblo de Tokai, prefectura de Ibaraki, mató a dos trabajadores de JCO, la compañía que la operaba.
Más de 660 personas que vivían cerca de la central estuvieron expuestas a la radiación. Sin embargo, el gobierno japonés negó que el accidente afectara la salud de los residentes.
El gobierno central y JOC solo aceptaron que hubo daño a tres trabajadores que estuvieron expuestos a altos niveles de radiación.
El accidente nuclear sería el origen de los ataques que perpetró Yutaka Mashiko, un hombre de 53 años, contra dos municipios en Ibaraki el miércoles, revela Mainichi Shimbun.
Mashiko vivía cerca de la planta y solicitó sin éxito una compensación a la empresa, alegando que el accidente lo había perjudicado económicamente.
Además, entre diciembre de 2016 y mayo de 2017 llamó a JOC cuatro veces para quejarse de problemas de salud.
Personas allegadas a Mashiko dicen que durante algún tiempo fue a un hospital por un malestar causado -según él- por el accidente nuclear.
La policía cree que el hombre albergaba rencor hacia el pueblo de Tokai.
El miércoles, Mashiko embistió a un grupo de personas que estaba frente al municipio de la ciudad de Hitachi, hiriendo a tres.
Luego, cambió de vehículo y con otro coche se estrelló contra la sede de Tokai.
¿Qué problema tenía el hombre con la ciudad de Hitachi?
Mashiko visitó este mes el municipio por un accidente de tráfico en el que estuvo involucrado. Sin embargo, aparentemente aquella vez no hubo problemas con respecto a la atención de su caso. (International Press)
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