El viaje al Perú de la princesa Kako, la segunda hija de los príncipes herederos Akishino, ha fortalecido poderosamente las relaciones de amistad entre ambos país, pero también ha llamado la atención sobre Machu Picchu entre los viajeros japoneses.
Durante varios días, la televisión y los diarios japoneses han publicado repetidas veces vídeos y fotografías de Kako-sama en Machu Micchu y paseando por Sacsayhuaman y los interiores del templo de Qorikancha en el Cusco.
«Lo positivo es que la princesa Kako ha acercado Machu Picchu a los japoneses. El hecho que haya viajado con mucha normalidad, un día estaba en Lima y al otro en Cusco, da esa sensación en Japón de que ¡ah!, llegar a Machu Picchu no era tan difícil», comentó en Súper Tokio Radio, Carlos Uemura, agente de viajes de empresa Turismo Latino, especializada en mercado japonés.
Uemura, de nacionalidad peruana y con 20 años trabajando con viajeros japoneses, dijo que por influencia de la televisión se «tiene la imagen de que (llegar a Machu Picchu) demora muchos días o hay que caminar mucho… que es un viaje de aventura».
Destacó que la visita de la Princesa ha vuelto «a poner Machu Picchu en las conversaciones de las casas japonesas» y contó que la oficina de Turismo Latino ha recibido llamadas de personas que soñaban con ir «algún día al Cusco», pero que ahora han decidido hacer ese viaje. (RI/International Press)
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