Más detalles continúan saliendo a la luz sobre Tsuneo Suzuki, el hombre de 86 años que fue el centro de la noticia en Japón el martes tras herir a dos personas en un hospital y tomar como rehenes a dos mujeres en una oficina de correos en la prefectura de Saitama.
Suzuki tuvo nexos con la Yakuza, revela Asahi Shimbun, que tuvo acceso a fuentes de la policía.
Es posible que el octogenario haya obtenido el arma de fuego que utilizó gracias a sus pasados vínculos con el crimen organizado y que mantuvo en secreto.
Suzuki se atrincheró alrededor de ocho horas en la oficina de correos.
Asahi recoge el testimonio de una mujer que estuvo dentro de la oficina cuando irrumpió el octogenario.
La mujer estaba entregando una carta a un trabajador en el mostrador cuando oyó un fuerte “bang”.
Vio a Suzuki con un arma cerca de la entrada, y a varios policías a su alrededor que le gritaron “¡No dispares!”.
El anciano no apuntaba con el arma a nadie y se mantenía tranquilo y callado, razón por la cual la mujer creyó que el incidente era un simulacro organizado por la policía y que Suzuki desempeñaba el papel de criminal.
Sin embargo, cuando el personal de la oficina de correos le hizo señas para que se agachara debajo del mostrador y luego -siguiendo las indicaciones de los trabajadores- salió a la calle, se dio cuenta de que no había nada simulado.
“Todavía da miedo cuando pienso en ello”, dice la mujer, para quien es un alivio que nadie haya resultado herido.
Además del arma, el anciano llevaba consigo dos cuchillas y dos botellas de plástico que contenían gasolina, entre otras cosas, en la oficina de correos.
De las dos rehenes, ambas empleadas de correos, una fue liberada y la otra logró escapar. La policía entró en el lugar y capturó a Suzuki.
El anciano le tenía ojeriza a la oficina de correos por un choque que tuvo en motocicleta con un motociclista del servicio postal el año pasado.
El hecho fue tratado como un accidente con daños a la propiedad y no como un accidente con lesiones personales, algo que disgustó al anciano.
El día de la toma de rehenes, Suzuki exigió hablar con el jefe de la oficina de correos y con el policía que estuvo a cargo del accidente del año pasado.
Antes del secuestro, Suzuki incendió su apartamento e hirió con disparos de bala a un médico y un paciente de un hospital. (International Press)
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