Un hombre de 58 años, escondido en el anonimato, cuenta a la revista Spa que gasta alrededor de 100.000 yenes (673 dólares) al mes en prostitución (dos o tres veces por semana).
Encuentra a las prostitutas en las calles de Shinjuku. En un reportaje que reproduce Japan Today, el hombre dice que ve policías, pero “la mayoría de las veces solo le preguntan a la mujer su edad (para asegurarse de que no sea menor de edad)”.
“Es ilegal, pero no está penalizado, así que no sirve para disuadir. Si hubiera sanciones, nadie vendría aquí, incluyéndome a mí. Mientras haya chicas para vender sus servicios, mi conciencia no me molesta”, añade.
Otro hombre, un treintañero, también cliente de las trabajadoras sexuales en Shinjuku, dice que gasta entre 300.000 y 500.000 yenes (2.019 y 3.365 dólares) al mes.
Antes buscaba a mujeres en Twitter y las invitaba a reunirse en un izakaya o seguía recomendaciones de “clientes satisfechos”.
Un tercer hombre entrevistado por Spa dice que merodea por la zona, habla con las prostitutas, se burla de ellas o las molesta, pero no usa sus servicios. Lo que le gusta es “observar”, afirma.
“Tengo miedo de contraer una enfermedad de transmisión sexual y algunas (de las chicas) podrían ser menores”, declara el sujeto, cuya esposa maneja el presupuesto familiar y le da al mes 30 mil yenes (201 dólares) para sus gastos.
Asegura que solo una vez utilizó sus servicios, cuando estaba borracho.
El tipo cuenta que “se dice” que las trabajadoras sexuales que más ganan pueden llevarse hasta unos 120.000 yenes (807 dólares) al día. “Les pagan muy bien”.
¿Por qué los hombres que recurren a prostitutas no son sancionados?, se pregunta la revista.
Un abogado explica que solo son castigados si la mujer cuyos servicios usan es menor de edad.
Por otro lado, Masanori Sento, un escritor que cubre asuntos relacionados con el barrio rojo de Kabukicho, cree que las autoridades de Shinjuku no “limpian” completamente el área por razones económicas.
En abril se inauguró el rascacielos Tokyu Kabukicho Tower, y Sento aventura que la existencia de una zona “rosa” al lado es vista como una “gran atracción turística”. (International Press)
