El belga de 63 años, Luc Loosveldt, fue contratado por la Universidad de Nagasaki en marzo de 2011 con un contrato de tres años para enseñar inglés médico, entre otras materias, en la facultad de Medicina.
Su contrato fue renovado por primera vez en marzo de 2014 y por segunda en marzo de 2017, también por tres años.
Sin embargo, en febrero de 2019 la universidad decidió rescindir su contrato, acortando su periodo de vigencia de tres a dos años.
¿Qué perseguía la institución educativa con esta medida? Que Loosveldt no cumpliera cinco años trabajando en la universidad, lo cual le daría derecho a convertirse en un empleado permanente.
Echado de manera injustificada, el profesor interpuso una demanda contra la universidad.
En enero de este año obtuvo un fallo favorable en el Tribunal de Distrito de Nagasaki, que le dio la razón concluyendo que el belga tenía derecho a convertirse en un trabajador permanente y que la universidad había actuado de manera irracional.
El centro de estudios apeló, pero finalmente cedió y esta semana llegó a un acuerdo judicial con el demandante, informa Mainichi Shimbun.
Loosveldt recibirá una reparación de 28,5 millones de yenes (192.000 dólares) de la universidad y volverá a trabajar en ella desde octubre (y ya no bajo contrato de duración determinada, sino como empleado permanente).
Además, el acuerdo obliga a la Universidad de Nagasaki a ofrecer sus disculpas al docente por su manejo del caso.
En 2013 entró en vigor en Japón una ley que establece que los empleados con contratos de duración determinada si superan los cinco años en su empleo tienen derecho a solicitar el estatus de trabajadores permanentes. (International Press)
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