Durante la pandemia de coronavirus, los gobiernos locales en Japón distribuyeron gratuitamente oxímetros a las personas infectadas cuya situación no era de gravedad y que se recuperaban de la enfermedad en casa.
A través de estos dispositivos, que miden los niveles de oxígeno en la sangre, se puede detectar si repentinamente el estado de salud de los pacientes se agrava.
41 gobiernos locales en el área metropolitana de Tokio (prefecturas de Tokio, Kanagawa, Chiba y Saitama) prestaron un total de 2,32 millones de oxímetros, de los cuales 210.000 no se han devuelto, revela Mainichi Shimbun.
Considerando que cada uno de ellos cuesta alrededor de 5.000 yenes (34,8 dólares), resulta que el valor total de los oxímetros no devueltos supera los mil millones de yenes (aproximadamente 7 millones de dólares).
Los gobiernos locales están solicitando la devolución de los dispositivos.
Algunas personas que no lo han hecho se excusan diciendo que perdieron el oxímetro o que se rompió.
Funcionarios consultados por Mainichi sostienen que cuando los oxímetros escaseaban se priorizó su rápida entrega obviando a veces formalidades, como en el distrito de Katsuhika, donde se prestaron los dispositivos a través de un mecanismo que omitía los pasos administrativos necesarios.
En la ciudad de Hachioji, ante el avasallador avance del virus, se entregaron los oxímetros sin informar lo suficiente que estos se debían devolver.
El gobierno de Japón contribuyó a financiar la compra de los oxímetros. (International Press)