Hasta el 1 de enero de 2023, la población japonesa disminuyó en las 47 prefecturas del país para sumar 122,4 millones, es decir 800.523 menos que el año anterior, pero el número de extranjeros residentes se elevó en 289.498 a nivel nacional, alcanzando los 2,99 millones, según datos del Ministerio del Interior y Comunicaciones.
El aumento de residentes extranjeros es el mayor desde 2013. Tokio experimentó el mayor aumento con 63.231 para llegar a 581.112. Aunque el número de ciudadanos japoneses en Tokio disminuyó, con los extranjeros elevó la población general de la prefectura.
Luego está Osaka con un aumento de 24.963 extranjeros y Aichi con 19.326.
Kutchan, ciudad turística de Hokkaido, registró el segundo mayor aumento porcentual de población de Japón debido a la afluencia de trabajadores extranjeros.
De esta manera, de los 1.747 municipios del país, 1.499, o el 85,8%, registraron un crecimiento de inmigrantes.
Los extranjeros serán el 10,2% de la población de Japón en 2067, según una estimación del Instituto Nacional de Investigación de Población y Seguridad Social.
Para 2040, el gobierno japonés necesita traer 6,74 millones de trabajadores extranjeros para alcanzar sus objetivos de crecimiento económico, es decir que tiene que cuadruplicar la cantidad de inmigrantes registrados en 2020. El reto es mayúsculo.
La población japonesa económicamente activa, aquella en edad de trabajar, entre 15 y 64 años, está en 59,03%, un índice que empeorará con la cantidad de chicos japoneses menores de 15 años en caída. La llegada de más trabajadores es clave para revertir esa tendencia. (RI/NI/International Press)