El miércoles por la mañana, Keisuki Kaneko, un hombre de 57 años que reside en la prefectura de Kochi, llamó a la fábrica donde trabajaba para comunicar su renuncia.
La razón que esgrimió fue insólita: dijo que había asesinado a alguien y que eso causaría un gran problema a la empresa, revela Japan Today.
Su empleador llamó de inmediato a la policía.
La madre de Kaneko, una mujer de 83 años, yacía sobre un pasillo de la casa donde madre e hijo vivían.
El hombre estaba en casa y fue arrestado.
Kaneko había apuñalado a su madre la noche anterior, confesó a la policía.
Un cuchillo estaba clavado en el pecho de la anciana, según la NHK.
El hombre dijo que odiaba a su madre. (International Press)