Hace poco, un joven en la veintena fue con un amigo a un sauna en la ciudad de Nikko, prefectura de Tochigi.
Después de pasar por el sauna, fue a nadar a un estanque. Nunca regresó. Los rescatistas fueron a buscarlo y lo encontraron en el fondo del agua, a tres metros de profundidad.
Su caso ha empujado a expertos a pedir a las personas que tengan cuidado al sumergirse en agua fría después de los saunas, advierte Mainichi Shimbun.
Los saunas con lugares naturales para bañarse, como lagos y estanques, se han abierto en muchas partes de Japón y están en auge.
Esto hace necesario, según los especialistas, que tanto los usuarios como los dueños de los establecimientos sean conscientes del riesgo que entrañan los grandes cambios repentinos de temperatura, pues pueden causar ataques cardíacos u otros problemas de salud, incluso en gente joven.
Shinya Hayasaka, profesor de la Universidad de la Ciudad de Tokio, alerta de que una gran diferencia de temperatura estimula el sistema nervioso simpático, lo que provoca un incremento en la presión arterial y aumenta el riesgo de un ataque cardíaco u otros problemas.
Hayasaka dice que si una persona se sumerge en agua fría después del sauna,
puede mitigar el impacto del fuerte cambio de temperatura entrando poco a poco, comenzando con los dedos de los pies.
Por otro lado, Hidetoshi Saitoh, profesor de la Universidad Tecnológica de Nagaoka y experto en accidentes acuáticos, señala que entrar al agua sin cerciorarse de su profundidad es una causa común de accidentes.
Es importante, subraya, que los establecimientos conozcan la profundidad del agua y se lo indiquen claramente a sus usuarios. (International Press)