Shin Arjun Bahadur, un nepalí de 39 años, fue arrestado en 2017 por la policía de Tokio por robo. En su poder se encontró la tarjeta de crédito de otra persona.
Un día después, como oponía resistencia, los agentes lo ataron en las piernas y las muñecas y lo mantuvieron inmovilizado durante unas dos horas.
Bahadur perdió el conocimiento y murió.
La viuda del hombre presentó una demanda contra los gobiernos de Japón y de Tokio, a los cuales exigió una compensación de 61,82 millones de yenes (441.600 dólares).
En marzo de este año, el Tribunal de Distrito de Tokio falló a favor de la viuda, también nepalí.
El tribunal determinó que el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía fue responsable de la muerte de Bahadur.
Los agentes, mientras mantenían inmovilizado al hombre, vieron que sus manos se habían hinchado y se habían ennegrecido.
Si lo hubieran llevado a un hospital, su vida podría haberse salvado, según el tribunal, que determinó que el gobierno de Tokio debía pagar una compensación de un millón de yenes (7.140 dólares) a la familia.
La viuda apeló.
Si Bahadur hubiera sido japonés, la viuda habría recibido mucho más dinero, decenas de millones de yenes, según Asahi Shimbun
¿Por qué la diferencia?
Por una Ley de Reparación que expertos consideran como discriminatoria.
La ley, que concede una compensación si un servidor público causa un daño a una persona, se basa en la reciprocidad cuando involucra a un extranjero.
Los tribunales en Japón fallan sobre casos así de acuerdo con la nacionalidad del demandante.
Japón trata a las víctimas extranjeras de manera parecida a como sus países de origen tratarían a un japonés en un caso similar.
Si, por ejemplo, el país de origen de un extranjero no permite a los japoneses que presenten una demanda de compensación si han sufrido daños por parte de un servidor público, entonces la ley japonesa no ampara al extranjero.
En otras palabras, Japón dice: si tú no ayudas a mis ciudadanos, yo no ayudo a los tuyos.
En el caso de Nepal, sí tiene una ley de compensación que cubre a ciudadanos extranjeros.
El problema en el caso de Bahadur es el monto establecido por el tribunal de Tokio, que también se basa en la reciprocidad.
La compensación en Nepal tiene un tope de 100.000 rupias (alrededor de 710 dólares) fijado por ley, que en casos excepcionales puede superarse y llegar hasta un millón de rupias.
Así las cosas, el tribunal de Tokio determinó que la reparación de un millón de yenes era aceptable considerando el precedente en Nepal.
Ryutaro Ogawa, uno de los abogados que representa a la familia, califica como “irracional” desde el punto de vista de la protección internacional de los derechos humanos reducir la compensación a una cantidad tan baja debido a la nacionalidad de la víctima. (International Press)
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