En 1993 Japón creó un programa de aprendices extranjeros para formar laboralmente a personas de países en desarrollo.
Al cabo de un determinado periodo, estos trabajadores deben retornar a sus países y volcar en ellos los conocimientos y habilidades adquiridos en Japón.
Los detractores del programa sostienen que este en realidad es una fuente de mano de obra barata en un país cuya fuerza laboral disminuye año a año.
Son moneda corriente en Japón las noticias sobre aprendices explotados o impagos, entre otros abusos.
Por ello, un panel de expertos adscrito al gobierno de Japón propuso el viernes eliminar el programa de aprendices, informa Kyodo.
En su lugar sugieren crear un nuevo sistema que establezca claramente que su objetivo es “asegurar recursos humanos”.
Japón sufre una aguda escasez de trabajadores y necesita extranjeros que hagan carrera en el país, lo cual implica estadías largas.
El panel, formado por 15 académicos y representantes de gobiernos locales, elevará sus propuestas al gobierno de Japón durante el otoño de este año.
En futuras reuniones, los especialistas continuarán discutiendo medidas para proteger a los trabajadores extranjeros, lo que significa -entre otras cosas- defenderlos de intermediarios deshonestos, según Kyodo.
Algunas organizaciones de supervisión no han sido capaces de impedir que se abuse de la mano de obra extranjera.
Los expertos también proponen que en el nuevo sistema se permita a los extranjeros cambiar de trabajo, algo prohibido en el programa de aprendices, al que pertenecen aproximadamente 325 000 personas. (International Press)
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