Los congresistas japoneses intensificaron hoy sus esfuerzos para abordar los efectos negativos del kafunsho o la alergia causada por el polen de los cedros y cipreses que se estima afecta a más del 40% de la población del país.
Kyodo dijo que más de 70 legisladores de todos los partidos establecieron un grupo instando al gobierno central a tomar medidas para mitigar el impacto negativo de la alergia al polen que desencadena síntomas como secreción nasal, estornudos y picazón en los ojos durante la temporada de primavera.
El establecimiento del grupo se produjo después de que el gobierno del primer ministro Fumio Kishida comenzara recientemente a debatir qué se podría hacer para combatir el kafunsho en una reunión ministerial.
Las medidas de prevención incluyen talar más cedros para usarlos como madera, utilizar inteligencia artificial y supercomputadoras para mejorar la precisión de los pronósticos de polen
Kishida considera a la alergia al polen como una «principal preocupación social», por lo que ha dado instrucciones a los ministros responsables de Silvicultura, Salud y otras áreas para que elaboren hasta junio de este año un esquema completo de los pasos para abordar las alergias al polen de manera más efectiva durante los próximos 10 años.
Las medidas de prevención incluyen talar más cedros para usarlos como madera, utilizar inteligencia artificial y supercomputadoras para mejorar la precisión de los pronósticos de polen, así como promover terapias que podrían ayudar a aliviar los síntomas de alergia.
Durante el período de rápido crecimiento económico después de la Segunda Guerra Mundial, Japón plantó una gran cantidad de árboles de cedro con fines de protección ambiental. Sin embargo, décadas después la medida ha llevado a muchas personas a sufrir severas alergias al polen.
Aunque se introdujo una nueva especie que emite menos polen, no reemplazó significativamente a las otras variedades ricas en polen debido a la escasez de demanda de madera doméstica, lo que provocó un exceso de polen durante la primavera.
Aunque faltan datos oficiales, una encuesta realizada por un grupo de otorrinolaringólogos mostró que el 42,5 % de las personas experimentaron kafunsho en todo Japón en 2019, frente al 29,8 % en 2008 y el 19,6 % en 1998. (RI/AG/)