El silencio de los medios japoneses sobre los abusos sexuales perpetrados por el poderoso Johnny Kitagawa es elocuente, advierte el periodista Takao Yamada en un artículo publicado en Mainichi Shimbun.
Yamada hace referencia a la escasa o nula cobertura de los grandes medios en Japón sobre los escándalos sexuales relacionados con el difunto fundador y presidente de la agencia Johnny & Associates, impulsor de populares bandas como SMAP y Arashi.
Incluso la BBC, en un documental publicado en marzo de este año, cuestionó a la prensa japonesa por su silencio al respecto, excepto por la revista semanal Shukan Bunshun, que en 1999 denunció que los abusos sexuales de los niños y adolescentes que pertenecían a la agencia de talentos eran una práctica común, un peaje para convertirse en aidorus.
Kitagawa y la agencia demandaron a la revista, a la que exigieron una compensación de 100 millones de yenes (744 mil dólares al tipo de cambio actual) por daños y perjuicios.
Un tribunal le dio la razón a los demandantes en 2002, pero Bunshun ganó la apelación en el Tribunal Superior de Tokio en 2003. Al año siguiente, el Tribunal Supremo de Japón avaló el fallo.
El Tribunal de Tokio sostuvo que los testimonios de las víctimas fueron coherentes y específicos, y que Kitagawa no pudo refutarlos con consistencia.
Sin embargo, los grandes medios hicieron mutis.
Kitagawa murió en 2019 a los 87 años, pero ni su muerte sacó a los medios de su silencio.
El periodista Takao Yamada dice que solo después de que el 12 de abril un cantante denunció en una conferencia de prensa en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón que había sido víctima de abusos sexuales por parte de Kitagawa, “algunos de los gigantes de los medios de comunicación de Japón comenzaron a reaccionar”.
Sin embargo, la denuncia no halló eco en las cadenas de televisión japonesa.
La televisión se hace la vista gorda porque sus programas de entretenimiento dependen mucho de los artistas de Johnny & Associates, sostienen algunos analistas.
Un periodista que cubre asuntos relacionados con delitos sexuales en Japón aporta más luces. En el país, dice, falta conciencia sobre el tema.
Por otro lado, hay artistas de la agencia (y sus padres) que dicen estar estar agradecidos con Kitagawa, e incluso hay quienes afirman que no hay que hablar mal de los muertos.
Yamada opina, sin embargo, que la muerte no debe exonerar a Kitagawa de su responsabilidad como agresor sexual de niños y adolescentes. (International Press)