“¿Puedes hacer trabajos ilegales?”. El reclutador fue directo al grano. Después de que el reportero japonés respondió a un anunció en Twitter sobre trabajos “oscuros” y “bien pagados”, fue conducido a establecer contacto vía Telegram.
El trabajo consistía en hacer llamadas telefónicas a personas en Japón, sobre todo ancianas, el primer paso de operaciones de estafa mediante las cuales se engaña a las víctimas para sacarles dinero o sus tarjetas bancarias.
Para animar al encubierto reportero de Mainichi Shimbun, el reclutador le dijo: “Si quieres hacerte rico, sé un llamador en el extranjero” y “Puedes ganar lo que ganarías en toda una vida haciendo esto durante 10 años”.
Con “extranjero” el reclutador se refería a Asia.
¿Cuánto puedes ganar por ser un llamador? De 1 a 3 millones de yenes (7.300 a 21.900 dólares) mensuales.
El reportero le preguntó sobre el riesgo de ser arrestado. “¡Hemos estado haciendo esto durante mucho tiempo y nadie ha sido atrapado! Si haces lo que te dicen, estará bien”, le respondió el reclutador.
Más adelante, el periodista le dijo a su interlocutor que era un reportero encubierto.
El reclutador aceptó contar algunas cosas (con las precauciones del caso para no ser identificado). Reveló, por ejemplo, que forma parte de una banda con alrededor de 20 miembros y que “contratan” a alrededor de 30 personas al día (para llamar y otras labores).
Muchos de los “fichados” son jóvenes endeudados o que quieren hacer dinero rápido.
El reclutador lleva unos 20 años en este mundo. Comenzó como llamador. Dijo que al principio le parecía emocionante. No solo ha estado involucrado en estafas, pero niega haber participado en robos a mano armada, algo que calificó como “demasiado grave”.
Mainichi también estableció contacto con otros dos reclutadores que confesaron que querían renunciar (no lo hacían por miedo a represalias).
“No somos más que peones”, respondieron. Como tales, añadieron, no tienen una imagen clara de toda la organización para la cual trabajan. (International Press)