El gobierno de Japón ha decidido apretar las clavijas a las escuelas de idioma japonés para asegurar su calidad y que no sirvan a intereses espurios.
El martes dio luz verde a un proyecto de ley para evaluar y certificar a las escuelas de nihongo, informó Kyodo.
La iniciativa establece que las escuelas, para obtener la certificación oficial, deberán cumplir con una serie de requisitos sobre la calificación de sus profesores, el número de estos, el espacio de sus instalaciones y el contenido educativo (que fija el Ministerio de Educación de acuerdo con la cantidad de alumnos y su nivel de conocimiento del idioma).
Para calificar como profesor de idioma japonés, este deberá aprobar un examen nacional que medirá su nivel de conocimiento y habilidades para enseñar. Si supera la prueba, deberá recibir capacitación.
Cada año las escuelas deberán informar al Ministerio de Educación sobre diversos puntos, entre ellos el contenido de las lecciones que imparten.
Japón está reforzando la supervisión de las escuelas debido a que algunas permiten que extranjeros cuya verdadera intención es trabajar en Japón se hagan pasar por estudiantes.
En 2019, se descubrió que la Universidad de Bienestar Social de Tokio, que acogía a graduados de escuelas de idioma japonés que no podían ingresar a otras universidades debido a su insuficiente dominio del japonés, le había perdido el rastro a más de 1.000 estudiantes extranjeros desde 2016.
Se espera que el proyecto se convierta en ley y que en abril de 2024 comience a aplicarse.
Como medida de transición, se permitirá que los profesores enseñen japonés sin la nueva calificación nacional durante cinco años después de la entrada en vigor de la ley.
En junio de 2022 Japón tenía registrados a 260.767 extranjeros con visas de estudiante. (International Press)
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