En 2019, un hombre con residencia en Tokio, transportó unos 70 millones de yenes (533 mil dólares) en efectivo de Japón a Filipinas en cinco o seis viajes.
Ese dinero era producto de las estafas que una banda japonesa, cuyos líderes operaban desde Filipinas, cometía contra ancianos en Japón.
En declaraciones a Yomiuri Shimbun, el hombre, un cincuentón que tiene una tienda en Filipinas, relata su experiencia.
Todo comenzó cuando un conocido filipino le pidió que llevara dinero en efectivo de Japón a Filipinas.
El hombre aceptó y un japonés que se identificó como “Eito” se puso en contacto con él.
En un hotel u otro lugar en Tokio, el hombre recibía fajos de billetes de otro sujeto. A su llegada a Filipinas, lo recogía en el aeropuerto un filipino que se llevaba el dinero.
En Filipinas, le dijeron que el dinero se usaría para que una mujer filipina comprara un hotel abandonado en Manila.
En noviembre de 2019, la policía filipina arrestó a un grupo de delincuentes japoneses que operaba desde el hotel para dirigir estafas a ancianos en Japón.
En enero de 2020, el hombre que servía de “transportador” fue arrestado.
El transportador no fue acusado, pero lamenta haber estado involucrado en las operaciones delictivas.
Viendo las noticias, se enteró de que “Eito” era Tomonobu Kojima (uno de los cuatro delincuentes japoneses detenidos en un centro de inmigración en Manila) y de que la mujer filipina que compró el hotel abandonado era la esposa de Yuki Watanabe, autor intelectual de una ola de robos en Japón entre 2022 y 2023. (International Press)