Sa Than Kaday, un birmano de 30 años, trabaja como repartidor de periódicos en la ciudad de Hayama, prefectura de Kanagawa.
En diciembre del año pasado, Sa Than se percató de que en el buzón de la casa de una nonagenaria que vive sola se habían acumulado periódicos de cuatro días.
Preocupado por la mujer, avisó a su jefe, Jiro Kusakabe, un japonés de 43 años.
La información llegó a la policía local, que fue a la casa de la anciana.
La mujer estaba inconsciente (se había desplomado) y de inmediato fue transportada a un hospital. Por suerte, sobrevivió.
Unos días después, un pariente de la mujer visitó el puesto de periódicos de Kusakabe para agradecerles por su buena acción.
Sa Than y su jefe recibieron este mes sendas cartas de agradecimiento de la policía local.
El birmano vive en Japón desde 2020 y ha estudiado idioma japonés y en una escuela técnica de mantenimiento de automóviles en Yokohama.
Su sueño es abrir un concesionario de automóviles en su tierra natal.
El trabajo de Kusakabe, por su parte, no se limita a la venta de periódicos. Contribuye a su comunidad verificando que los residentes ancianos estén bien y distribuye con los diarios información para alertar a la gente sobre las estafas de transferencias bancarias, entre otras acciones. (International Press)
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