Hasta el mes pasado, los policías de la prefectura de Oita no podían realizar compras en las tiendas de conveniencia con su uniforme de trabajo. Era parte de su código de conducta.
¿Por qué? Porque si un ciudadano veía a un policía uniformado haciendo compras en una tienda, pensaría que el agente estaba “abandonando” sus deberes, lo cual erosionaría la imagen pública de la policía y su confianza en ella.
La policía de Oita decidió abolir la regla por una razón práctica, revela el portal SoraNews24. Ya no será necesario, como antes, que un agente que necesita algo para comer o beber tenga que ir hasta su estación para ponerse ropa de civil, ir a una tienda, hacer la compra, y una vez finalizada esta retornar al puesto policial para volver a colocarse su uniforme. Mucho tiempo perdido.
Hay, además, un factor disuasivo. Entre enero y octubre de este año, los robos denunciados en tiendas de conveniencia han aumentado un 8,2 % con respecto a todo 2021.
Con la flexibilización del código de conducta, se espera que la presencia de policías uniformados en las tiendas disuada a los ladrones.
Una empleada de 7-Eleven declaró a un medio de Oita que el hecho de que haya policías en uniforme en el local es “tranquilizador” y podría contribuir a prevenir delitos.
Eso sí, los policías uniformados solo pueden comprar productos esenciales como alimentos, bebidas y medicamentos. Tienen prohibido adquirir cigarrillos, cerveza o revistas.
De las 47 prefecturas que tiene Japón, siete aún no permiten a sus policías comprar en tiendas de conveniencia en uniforme. (International Press)