El pleno del congreso japonés aprobó y promulgó hoy el segundo presupuesto complementario para el año fiscal 2022 para apoyar las medidas económicas del gobierno por casi 29 trillones de yenes (unos 215.000 millones de dólares) de los cuales 6 trillones se utilizarán para controlar los precios de la energía doméstica.
El gobierno planea cubrir el 80% de este presupuesto mediante la emisión de bonos, lo que agravará aún más la deuda fiscal de Japón, la mayor entre los países desarrollados.
Se utilizarán unos 3.000 millones de yenes para subsidiar a los mayoristas de petróleo para frenar el aumento de los precios de la gasolina y el querosene, mientras que unos 2.400 billones de yenes serán para reducir la carga de las facturas de electricidad y otros 620.300 millones para el gas.
Se han asegurado 5.495 millones de yenes para los gastos relacionados con la política del «nuevo capitalismo» del primer ministro Fumio Kishida. El dinero se utilizará para el reentrenamiento de personal, facilitar la movilidad laboral, promover la ciencia, la tecnología y la innovación, así como en la promoción de una sociedad descarbonizada.
Se espera que los nuevos bonos del gobierno, que saldrán dentro de este año fiscal, llegue a unos 62 trillones de yenes, el segundo más grande desde el 2020 cuando se propagó el coronavirus. (RI/NI/)