El Partido Republicano tomó el control de la Cámara de Representantes, o la Cámara Baja, de EEUU luego de las elecciones legislativas intermedias del 8 de noviembre, pero con solo una pequeña mayoría que no alcanzó la esperada «ola roja» promovida durante la campaña.
Los republicanos obtuvieron 218 escaños y los demócratas de Joe Biden 210. Los demócratas habían llegado a las elecciones intermedias con una estrecha mayoría en la cámara de 435 escaños.
Con los republicanos dirigiendo la Cámara, Biden se enfrentará a un estancamiento en el Congreso durante los últimos dos años de su mandato presidencial. Es probable que tenga mayores dificultades para que se apruebe la legislación, especialmente en temas económicos, energéticos y ambientales.
El líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, celebró en Twitter que su partido haya «volteado oficialmente» la Cámara: «Los estadounidenses están listos para una nueva dirección y los republicanos de la Cámara están listos para cumplir».
Biden felicitó a McCarthy y dijo que está «listo para trabajar con los republicanos de la Cámara de Representantes para lograr resultados para las familias trabajadoras».
Mientras tanto, los demócratas mantuvieron el control del Senado luego de que la victoria de la senadora Catherine Cortez Masto en Nevada les diera los 50 escaños que necesitaban el sábado.
Biden dijo a la prensa el miércoles pasado que el 8 de noviembre fue «un buen día, creo, para la democracia, y creo que fue un buen día para Estados Unidos».
“Si bien la prensa y los expertos predijeron una ola roja gigante, no sucedió”, dijo.
Los republicanos hicieron campaña sobre la frustración pública por la alta inflación y las preocupaciones sobre la economía.
Biden tuiteó el día de las elecciones para contrarrestar esa narrativa: «La prioridad número uno de los republicanos en el Congreso es derogar la Ley de Reducción de la Inflación. Es lo incorrecto en este momento. Haría que los costos diarios suban, no bajaran».
El siguiente escenario político en el país es la campaña para las elecciones internas que definirán en el verano de 2024 a los candidatos presidenciales de cada partido. El expresidente Donald Trump se adelantó a sus rivales y anunció su precandidatura el martes de esta semana. (RI/NI/)