Luego de muchos tumbos, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, aprobó a unanimidad un régimen de sanciones, exigiendo el cese inmediato de la violencia en Haití.
Estas decisiones abren la puerta a la búsqueda de una salida, al menos por el momento, a la difícil y complicada situación Haitiana; la cual cada vez luce más complicada y con menos espacio para reorientar el peligroso camino seguido el último año.
El anuncio el pasado lunes, de Estados Unidos y México de que estaban elaborando una resolución de la ONU que autorizaría “una misión de Asistencia Internacional”, con la expresa intención de ayudar la seguridad en Haití, con el propósito de abrir la posibilidad de entregar ayudas humanitarias a los millones de personas necesitadas, se convierte en el paso inicial, para otras medidas que posteriormente tomaría el Consejo de Seguridad de la ONU.
Esta decisión ha sido motivada por la propuesta del Secretario General de la ONU Antonio Guterres, en su carta al Consejo del 9 de octubre, en la que solicitaba que uno o varios Estados miembros de las Naciones Unidas desplieguen una fuerza de acción rápida, para ayudar a la Policía Nacional de Haití.
El pasado viernes el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó un régimen que impone sanciones contra Haití y que “exige el cese inmediato de la violencia, las actividades criminales y lo abusos de derechos humanos que socavan la paz, la estabilidad y la seguridad del país y de la región”.
El texto aprobado a unanimidad por los quince miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas incluye medidas específicas de congelamiento de activos, prohibiciones de viajes y embargos de armas, durante un periodo inicial de un año; con lo cual se instaura el primer régimen de sanciones, desde septiembre de 2017, cuando el Consejo aprobó ese tipo de disposiciones contra Mali.
La Embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas Greenfields, dijo: “Esta resolución es una respuesta inicial a los llamados de auxilio del pueblo haitiano. Quieren que tomemos medidas contra los actores criminales, incluidas las pandillas y sus financistas, que han estado socavando su estabilidad y aumentando la pobreza”.
Afirmó que la resolución se aprobó luego de “negociaciones sólidas e inclusivas”; las cuales dejaron espacio para el entendimiento, luego de las contradicciones presentadas por Rusia y China.
El representante mexicano, Juan de la Fuente expresó que: “El Consejo de Seguridad ha dado una señal clara de que la violencia tiene que parar y no debe quedar impune. También es importante haber establecido un embargo para cualquier transferencia de armas para esos actores no estatales que además de aterrorizar la población civil, desestabilizan al país”.
México y Estados Unidos elaboraron otro proyecto de resolución para el envío de una fuerza armada internacional, ajena a la ONU, para ayudar al gobierno haitiano a restaurar la seguridad y permitir el flujo de la ayuda humanitaria.
Por otra parte el Canciller de la República Dominicana, Roberto Álvarez, volvió a insistir en una sesión especial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que “la crisis humanitaria y de inseguridad que afecta a Haití no tiene precedentes. Por lo que es menester abordarla con la urgencia que amerita el caso”.
Álvarez exclamó: “No hay tiempo que perder. Apelamos, una vez más, al Consejo de Seguridad, a que use todos los recursos y medios a su alcance para revertir el curso de ésta situación y evitar de forma efectiva que la misma desborde las fronteras del vecino país.
La solución del problema haitiano es una urgente e implacable necesidad que está a la orden del día de todos los gobiernos y pueblos del continente americano. De alguna forma y medida es un problema que atañe íntimamente a todos y cada uno.