La Confederación de Sindicatos de Japón, Rengo, la más grande del país, buscará un mayor aumento salarial para sus miembros en la negociación anual conocida como la «Lucha de primavera» o Shunto, mientras el país ha comenzado a sentir el golpe de la inflación.
Rengo buscará en 2023 un aumento de alrededor del 5%, lo que representa un aumento de casi 3% para el salario base y otro 2% por antigüedad, según el plan publicado ayer en su página web. ↵ Esta confederación laboral tiene alrededor de 7 millones de afiliados.
El presidente de Rengo, Tomoko Yoshino, quien asumió el cargo hace un año, dijo hoy en conferencia de prensa que el objetivo es mantener la tendencia en los aumentos salariales que hay desde 2014, pero buscando una nivelación hacia arriba para compensar el crecimiento de la inflación.
Desde 2016, Rengo solicitó cada año aumentos salariales de alrededor del 4% . No ha apuntado al 5% desde 1995, cuando buscó un aumento del 5% al 6%.
Durante profundas caídas en las ganancias corporativas, como las que siguieron a la crisis financiera mundial de 2008 y el terremoto y tsunami de 2011, Rengo se mostró comprensivo y no estableció objetivos numéricos específicos.
Los líderes empresariales han expresado esta vez cierto apoyo a los aumentos salariales para absorber el impacto económico de los precios al consumidor más altos.
A principios de octubre, Keidanren, la Federación Empresarial de Japón, dijo a través de su presidente, Masakazu Tokura, que «dada la importancia de la inflación, es natural discutir los salarios».
Pero no todas las empresas están en la misma posición, sobre todo aquellas que importan insumos y materia prima, cuyas ganancias están siendo golpeadas por la debilidad del yen.
No obstante, las ganancias corporativas japonesas muestran una tendencia positiva que al final de este año fiscal podría llegar al 5,8%, marcando un nuevo máximo histórico. (NI/RI/)
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