Los invitados oficiales a la ceremonia de anexión de las regiones ucranianas organizada por el Kremlin, se enteraron de que Vladimir Putin en el Kremlin iba a pronunciar un discurso solo un día antes, cuando recibieron la invitación oficial.
Los medios de comunicación rusos no abundaron en detalles salvo el mismo día por la mañana, cuando se supo que habría hasta un mitin.
En la noche del 30 de septiembre, Putin firmó decretos sobre el llamado reconocimiento de la independencia de las regiones de Kherson y Zaporizhzhia tras la realización de un referéndum.
Putin necesitaba presentar un éxito tras la guerra que inició en febrero pasado contra Ucrania para limpiarle la cara a sus fracasos en el campo de batalla y crear un ambiente victorioso que justificara y alentara la movilización de su reserva militar.
Luego del almuerzo, el presidente ruso reunió a diputados, senadores, ministros, fuerzas de seguridad y líderes regionales de su administración en el Salón de San Jorge del Gran Palacio del Kremlin. Comenzó su intervención con un discurso de 40 minutos en el que volvió a referirse al «golpe neonazi» en Ucrania en 2014, a los «ataques terroristas del régimen de Kiev», a la «lucha» por la lengua y la cultura rusa en la Ucrania ocupada y a la «gran misión» que hoy le toca al pueblo.
Putin también se pronunció en contra del «sistema neocolonial de Occidente», que, según afirma, «no da descanso» a Rusia. Y en su estilo habitual, ahondó en su propia interpretación de la historia, reprochando a Occidente su comportamiento… en la Edad Media.
Incluso acusó a los occidentales de «mentir como Goebbels» y advirtió a sus ciudadanos contra el capitalismo, las «orientaciones» no convencionales y la «rusofobia» que se alienta en el mundo.
CIUDADANOS RUSOS PARA SIEMPRE
Y dirigiéndose a Ucrania exclamó: «Quiero que las autoridades de Kiev y sus verdaderos amos en Occidente me escuchen, para que todos recuerden esto: las personas que viven en Lugansk y Donetsk, Kherson y Zaporizhzhia se han convertido en ciudadanos rusos para siempre».
La propaganda oficial explotó el impacto de las palabras de Putin con una imagen del jefe de Chechenia, Ramzan Kadyrov, con los ojos humedecidos mientras escuchaba al líder ruso.
«NO SE PUEDE VOLVER AL PASADO»
Putin también expresó su crítica a los líderes «del partido» como responsables del desmembramiento de la antigua Unión Soviética, aunque se esforzó por asegurar que no se puede volver al pasado.
«En 1991, sin consultar la voluntad de los ciudadanos comunes, los representantes de las élites del partido de aquel entonces decidieron hacer colapsar la URSS, y la gente se vio aislada de su patria. Esto desgarró, desmembró a nuestra comunidad y se convirtió en una catástrofe nacional», dijo.
«No existe la Unión Soviética, el pasado no puede ser cambiado. Tampoco la necesita Rusia hoy en día, no es algo a lo que aspiremos», aseguró el mandatario ruso.
PAZ, PERO LAS TERRITORIOS ANEXADOS NO NEGOCIAN
Después del discurso, Putin se unió con los representante de las regiones ucranianas ocupadas, Denys Pushilin de Donetsk, Leonid Pasichnik de Lugansk, Yevhen Balitskyi de la región de Zaporizhzhia y Volodimiyr Saldo de la región de Kherson.
Los cinco firmaron » acuerdos para unirse a Rusia». La ceremonia repitió la anexión de Crimea en 2014, cuando tres colaboradores de la península se reunieron en la misma mesa del Kremlin.
Putin amagó diciendo que quería un «alto el fuego» y un «regreso a la mesa de negociaciones», pero que no está en discusión el tema de las cuatro áreas anexadas.
La prensa ucraniana dio cuenta de los acontecimientos en Moscú, pero puso énfasis en que las fronteras de los territorios que Putin considera suyos no han sido delimitadas en decretos firmados. Sin embargo, es conocido que en relación a las regiones de Donetsk y Luhansk, el Kremlin intentarán apoderarse de todo el Donbas. (AG/RI/)