Kaoru Hasuike y su novia Yukiko fueron secuestrados en 1978 en la prefectura de Niigata. 24 largos años después, en 2002, la pareja retornó a Japón gracias a las gestiones realizadas por el entonces primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi.
Koizumi visitó Pyongyang, donde sostuvo una cumbre histórica con el líder norcoreano Kim Jong-il.
Los Hasuike fueron dos de las cinco japoneses secuestrados por Corea del Norte que pudieron regresar a Japón.
10 años después de su liberación, en 2012, Hasuike escribió un libro en el que narra las experiencias de su vida cotidiana en Corea del Norte.
Muchas cosas, sin embargo, no contó. Dos décadas después de su repatriación, sigue sin contarlas.
En declaraciones que recoge Asahi Shimbun, el japonés, que hoy tiene 64 años, dice que no se atreve a revelar todo lo que sabe para no perjudicar a los japoneses secuestrados que aún permanecen retenidos en Corea del Norte.
La posición oficial de Japón es que 12 japoneses aún están en manos de los norcoreanos. Estos, sin embargo, sostienen que el tema está cerrado.
Hay mucho que Hasuike vio y escuchó en Corea del Norte que se ha reservado. Por ejemplo, la organización responsable de los secuestros y la situación del resto de japoneses secuestrados.
“No quería causar ningún daño en las conversaciones bilaterales sobre el tema y a la seguridad de otros secuestrados japoneses”, afirma.
Hasuike estudiaba en la Universidad de Chuo cuando se lo llevaron a Corea del Norte. Cuando regresó a Japón, retomó sus estudios en la mencionada universidad.
Ha enseñado coreano en la Universidad Niigata Sangyo y traducido libros publicados en Corea del Sur al japonés.
Con respecto al libro que lanzó en 2002, Hasuike dijo que le tomó diez años poder expresar públicamente sus pensamientos.
A pesar de que fue obligado a vivir en Corea del Norte, Hasuike dice que se esforzó mucho para acostumbrarse a vivir en ese país.
“No es que odié todo mientras viví allí”, afirma. “Mi familia y yo tuvimos que sobrevivir aceptando el hecho de que estábamos en Corea del Norte”.
Hasuike y su novia se casaron en Corea del Norte, donde tuvieron dos hijos, con quienes no pudieron viajar a Japón en 2002.
Dos años después, los dos hijos se reunieron con sus padres en Japón, una espera que para estos se hizo larga y difícil.
Si bien Hasuike no ha contado todo lo que sabe, está dispuesto a hacerlo cuando llegue el momento adecuado.
Además, para mantener vivo el tema, recorre Japón para dar charlas sobre su experiencia en Corea del Norte.
El asunto solo se resolverá, dice, cuando los japoneses secuestrados puedan reunirse con sus padres, algunos de los cuales, debido a su avanzada edad, han muerto sin poder volver a sus seres queridos.
Corea del Norte secuestró a ciudadanos japoneses en las décadas de 1970 y 1980 para que entrenaran a sus agentes en la cultura, las costumbres y el idioma de Japón. (International Press)
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