Las críticas a los fallos de la policía en el mortal ataque contra el ex primer ministro, Shinzo Abe, arrecian y ponen en evidencia la falta de preparación en Japón de los encargados de la seguridad de dignatarios.
Los videos del ataque muestran que alrededor de las 11:30 am del viernes, el atacante Tetsuya Yamagami, se acercó a pocos metros por la espalda de Abe en un espacio donde su presencia con un arma de fuego en la mano era más que evidente.
Abe se dio la vuelta sorprendido por el primer disparo. Tres segundos después, se escuchó otro disparo y el ex primer ministro de 67 años cayó al suelo.
Los videos del incidente que circularon en las redes sociales no muestran ninguna presencia policial cerca de Abe tan pronto se escuchó la primera detonación, no fue rodeado formando una barrera ni se vio a ningún agente corriendo para protegerlo como escudos humanos ante las balas.
Hubo un oficial que trató de usar su bolso blindado, pero no pudo evitar que el segundo disparo alcanzara su objetivo.
La seguridad de Abe en el evento estuvo formada por un oficial del Departamento de la Policía Metropolitana de Tokio y agentes de la policía de la Prefectura de Nara. ¿Qué falló?.
Se cree que el plan de seguridad para el ex primer ministro no tuvo suficiente tiempo de preparación. Según la policía de Nara, el discurso de Abe se anunció un día antes y no fue hasta el viernes, apenas unas horas antes, que el jefe de policía de Nara aprobó el plan.
La policía de Nara dijo en una conferencia de prensa que sí hubo «suficiente tiempo» para prepararse, pero los videos sugieren que un espacio enorme detrás de Abe, un punto ciego, quedó sin vigilancia.
LA REGLA BÁSICA DE PROTECCIÓN NO SE CUMPLIÓ
«El problema fue que los guardias permitieron que una persona que sostenía el objeto sospechoso se acercara», comentó un experto en seguridad de campañas electorales. «La forma en que debería haber sido, era verificar dónde podría estar el punto ciego alrededor del sitio del discurso de Abe, y buscar lugares donde alguien podría colocar objetos sospechosos como bombas».
Koichi Ito, ex oficial del Equipo de Ataque Especial de la Policía Metropolitana de Tokio, dijo al Nikkei que la respuesta después del primer disparo fue el principal problema.
La regla más básica para los oficiales de policía en una misión de guardaespaldas, dijo Ito, es obligar al «dignatario protegido» a bajar la cabeza y alejarlo del sitio cuando se percibe algo extraño contra su seguridad. Esto nunca sucedió después del primer disparo a Abe.
“Incluso si tales acciones terminan en una falsa alarma, la respuesta inicial es crucial para cualquier guardaespaldas. Las respuestas en el caso de Abe fueron insuficientes”, dijo.
Tomoaki Onizuka, jefe de policía de Nara, reconoció ayer ante la prensa que «visto en su conjunto el incidente, hubo problemas» en la forma en que se instaló la seguridad en el lugar del ataque contra Abe.
La Agencia Nacional de Policía de Japón deberá revisar y verificar el incidente y explicar al pueblo por qué no pudieron evitar el tiroteo, han reclamado expertos en seguridad. Lo siguiente será un cambio profundo en la forma de preparación de los agentes de protección de dignatarios. (NI/RI/)