Una agencia con sede en la prefectura de Okayama que coloca aprendices extranjeros en compañías japonesas fue sancionada por los ministerios de Trabajo y Justicia de Japón.
Durante cinco años, la entidad, Okayama Sangyo Gijutsu Kyodo Kumiai, no podrá operar como intermediaria entre los trabajadores extranjeros y las empresas, según Kyodo.
La agencia recibió el duro castigo por su negligencia en el caso de un vietnamita de 41 años, víctima de ataques constantes por parte de sus colegas japoneses en una compañía de construcción.
Las agresiones físicas y verbales dejaron secuelas en el vietnamita. Una vez le rompieron una costilla.
En otra ocasión, fue llevado a un hospital por un diente roto después de una paliza. El hombre estaba acompañado por un empleado de la agencia intermediaria, quien le mintió a un médico diciendo que “se había caído de la bicicleta”.
En febrero, el gobierno de Japón sancionó a la compañía de construcción, que durante cinco años no podrá contratar a aprendices extranjeros.
La compañía y la agencia aceptaron su responsabilidad. Ambas le ofrecieron disculpas al hombre y acordaron pagarle una compensación.
El caso del trabajador vietnamita no es aislado, forma parte de un problema estructural en Japón. Las autoridades han revocado los permisos para operar a agencias intermediarias 33 veces.
El ministro de Justicia, Yoshihisa Furukawa, ha admitido la existencia de un problema en el sistema y se ha comprometido a trabajar para revisarlo e impedir más incidentes como el reseñado.
El sistema se instauró en 1993 con la finalidad de formar a aprendices extranjeros en compañías japonesas durante un determinado periodo, tras el cual deben retornar a sus países para aplicar en ellos las habilidades aprendidas en Japón.
No obstante, el sistema es, en gran medida, fuente de mano de obra barata y ha sido criticado por servir de tapadera para la explotación de trabajadores extranjeros. (International Press)