Para los padres de niños muy pequeños el uso de las mascarillas como medida de prevención contra el coronavirus puede ser motivo de problemas.
Una mujer que reside en Tokio y tiene un hijo de 3 años dice que trata de que su pequeño utilice una mascarilla cuando están fuera de casa tanto como sea posible, pero que es difícil.
Cuando viajan en trenes o autobuses, por ejemplo, por más que ella intente que lleve puesta la mascarilla, su hijo se cansa y a menudo se la quita. La mujer de 35 años tiene que lidiar con las miradas de desaprobación a su alrededor, revela en declaraciones a Asahi Shimbun.
La japonesa considera que antes las personas tenían más tolerancia con respecto al hecho de que los niños como su hijo no siempre usen mascarillas.
«Antes, la gente parecía aceptar que los niños pequeños no pudieran usar mascarillas constantemente, pero la situación ha cambiado de repente, y muchos sitios son más estrictos con respecto a que los pequeños las usen todo el tiempo”, dice. “Pero a veces es imposible”, añade.
El uso de mascarillas por parte de los niños también causa preocupación por motivos de salud, sobre todo ahora que se acerca el verano.
El mes pasado, pese a que la temperatura no era muy alta (alrededor de 20 grados), la mujer de Tokio notó que su hijo, que estaba jugando en un parque con la mascarilla puesta, sudaba.
Cuando se la quitó para que bebiera agua, descubrió que sus mejillas estaban rojas. De inmediato se lo llevó a casa para que descansara.
La japonesa le ha dicho a su hijo, que asiste a un jardín de infancia, que está bien que se quite la mascarilla si siente calor, pero le preocupa que a su hijo le resulte difícil juzgar la situación con criterio propio.
Kazue Kawakami, directora de una clínica para niños en Tokio, subraya que los adultos deben remover las mascarillas de sus niños si tienen la cara rojiza o parecen tener problemas para respirar.
La experta advierte de que las mascarillas retienen en su interior las exhalaciones de quien las usa, “lo que reduce la capacidad del cuerpo para adaptarse a la humedad y hace que sea vulnerable a un golpe de calor”.
Kawakami apuesta por la flexibilidad. A su juicio, no es necesario usar las mascarillas siempre. En un espacio al aire libre, con poca gente, son innecesarias. “Deben usarse en sitios concurridos o en interiores”, declara a Asahi.
Por su parte, Tsuyoshi Sogo, médico especializado en la atención a niños, señala que hay que prestar atención al color de la mascarilla, pues la de colores más oscuros “atrapa más calor en su interior”. (International Press)