En enero de 2021, las autoridades de Tokio solicitaron a los negocios de atención al públicos (bares, restaurantes, etc.) que cerraran a las 8 de la noche como medida de emergencia para frenar los contagios de coronavirus.
La compañía Global-Dining, dueña de una cadena de restaurantes (uno de ellos famoso por la película “Kill Bill”), se negó a cumplir con la solicitud y el 18 de marzo de ese año, el gobierno de Tokio le ordenó que cerrara sus locales a las 8 de la noche mientras se mantuviera el estado de emergencia.
Global-Dining decidió demandar al gobierno de la capital japonesa y el lunes el Tribunal de Distrito de Tokio falló a favor de la compañía.
La orden del gobierno de Tokio para que Global-Dining recortara sus horas de atención fue ilegal, según el veredicto, revela Kyodo.
El gobierno de Tokio se amparó en una ley de medidas especiales contra el coronavirus, que permitía a las autoridades ordenar a los establecimientos comerciales que redujeran sus horas de atención durante el estado de emergencia si incumplían la solicitud inicial de hacerlo sin esgrimir una razón válida para su negativa.
Para el tribunal, la orden de Tokio que afectaba a Global-Dining no cumplía con el requisito previsto por la ley.
Además, sostuvo que era difícil señalar que los restaurantes de la compañía habían contribuido a propagar las infecciones y que la orden de Tokio tuvo un impacto menor en la prevención debido a que se emitió pocos días antes de que se levantara el estado de emergencia.
Global-Dining asegura que adoptó suficientes medidas de precaución para evitar los contagios entre su personal y los clientes.
La victoria para el operador de restaurantes, sin embargo, no fue total.
El tribunal desestimó la posición de Global-Dining en el sentido de que imponer restricciones generales sin ofrecer evidencia de que los restaurantes eran fuente de infecciones violaba la libertad de negocios garantizada por la Constitución.
Asimismo, rechazó la reparación de daños por una cantidad simbólica (104 yenes, menos de un dólar) que la compañía exigía a Tokio.
Global-Dining apeló el falló. Su presidente dijo que aproximadamente el 75 % de sus demandas fueron aceptadas.
La compañía dijo que la orden del gobierno de Tokio fue una represalia pues la cadena de restaurantes rechazó públicamente la solicitud de cerrar a las 8 de la noche.
El gobierno de Tokio arguyó que el rechazo a la solicitud anunciado por Global-Dining en su sitio web provocó que otros restaurantes se negaran también a cumplirla.
Pese al fallo adverso, la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, defendió la orden. Era necesaria, dijo, para cortar los contagios. (International Press)