La policía japonesa investiga una ola de robos de válvulas de las tuberías de suministro de agua para los arrozales de la ciudad de Namegata, en la prefectura de Ibaraki que este año, hasta el 21 de febrero, ha llegado a 920 casos, siete veces más que el año pasado.
Los robos obedecerían a la demanda en un mercado negro que quiere aprovechar el aumento del precio de los metales y coincide con un aumento de la actividad estacional por la temporada de siembra de arroz.
Según la policía, desde la noche del 31 de enero hasta la mañana del 1 de febrero fueron robados 68 grifos o válvulas en la zona agrícola del oeste de Aso en Ibaraki. Estas conexiones están hechas de latón y cuestan alrededor de 5.000 yenes por unidad por lo que el daño asciende a unos 340.000 yenes.
Las autoridades creen que la cantidad de robos puede ser mayor porque hay agricultores que no reportan los hechos. En 2021 el total de robos de válvulas ascendió a 140.
Yomiuri dijo que la prefectura ha recomendado utilizar válvulas hechas de plástico, algo que ya se intentó en 2017 cuando los agricultores de la ciudad de Namegata sufrieron robos parecidos.
Entre tanto, la policía de Ibaraki dijo que los robos no se limitan a las válvulas sino que también están aumentando los hurtos de hilos de cobre y cables utilizados para la generación de energía solar.
En 2021, Ibaraki registró 1.227 casos de robos de metal en todas sus formas, una cifra que es la más alta de Japón. La prefectura de Tochigi ocupó el segundo lugar con 691 casos. (RI/PJ/)