En 2010, un hombre de 40 años que trabajaba para Toyota se suicidó. Sufría de depresión.
La familia del fallecido inició una batalla legal en busca de una compensación por parte del gigante japonés.
Los deudos atribuían el suicidio al aumento en la carga de trabajo de la víctima, así como al acoso de poder al que lo sometía su jefe.
El lunes se hizo público que Toyota llegó a un acuerdo con la familia para cerrar el caso, informa la NHK.
No se ha revelado el monto que la compañía automovilística ha aceptado pagar a la familia como reparación.
Los deudos habían presentado una demanda en el Tribunal de Distrito de Nagoya contra Toyota, a la que exigían una compensación de más de 120 millones de yenes (1,04 millones de dólares).
En septiembre del año pasado, el Tribunal Superior de Nagoya estableció que hubo una relación de causalidad entre el suicidio del hombre y su excesiva carga de trabajo y el hostigamiento por parte de su superior.
El camino hacia el acuerdo se allanó con la visita que el mismo presidente de Toyota, Akio Toyoda, realizó a la familia en octubre pasado para presentar sus disculpas.
El mandamás del fabricante de coches reconoció que su compañía no había atendido como correspondía el caso debido a su “mentalidad de encubrimiento”.
Toyoda aseguró, según la familia, que adoptarían medidas para que casos como el del suicida no se repitieran. Más aún, se comprometió a mantener informados a los deudos de las víctimas durante cinco años acerca de los esfuerzos de Toyota para preservar la salud mental de sus trabajadores. (International Press)