Hiroshi Watanabe (66), detenido el viernes 28 de enero por asesinato en la ciudad de Fujimino, prefectura de Saitama, exigió al personal médico que llegó a su casa para darle el pésame y poner incienso por su madre, quien había muerto el día interior, que le dieran «un masaje cardíaco» para revivirla.
Watanabe había pedido a siete integrantes de una clínica local que da atención médica a domicilio que acudieran a su casa para poner incienso. A las 21.00 horas del jueves 27, un médico, un fisioterapeuta y un cuidador de ancianos acudieron al llamado.
El cuerpo de la madre era velado en una habitación de tatami en el primer piso y Watanabe exigió que le practicaran acciones de reanimación. «Puede que logren revivirla, así que quiero que le den un masaje cardíaco», dijo el hombre al personal médico, según versión policial.
El doctor le explicó que había transcurrido alrededor de 30 horas desde que se confirmó la muerte de su madre, pero el hombre sacó una escopeta y disparó al pecho del médico que falleció de forma instantánea.
Efectuó un segundo disparo contra el fisioterapeuta dejándolo en estado grave y roció con gas lacrimógeno el rostro del cuidador que logró escapar y dar aviso a la policía. En total se encontraron casquillos de tres disparos en el interior de la vivienda.
En su manifestación, Watanabe dijo que tras la muerte de su madre «no había nada bueno en el futuro» y que cuando pensó en suicidarse «consideró matar al doctor y al personal de la clínica».
La policía de Saitama incautó dos escopetas y continúa con las investigaciones. El fisioterapeuta se encuentra entre la vida y la muerte producto de un disparo en la parte superior del cuerpo. (RI/NI/AG/)
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