En 2019, una mujer en Japón comenzó a trabajar como YouTuber a través de un personaje virtual que cantaba y hablaba con la gente. El canal (en el que nunca aparece ella, solo el avatar) se hizo popular, atrayendo a cientos de miles de personas.
Todo cambió en 2020, cuando otro YouTuber se refirió al personaje virtual de la mujer como una abusona. La disputa escaló e involucró a miles de usuarios, algunos de los cuales le pidieron a la mujer que renunciara a su canal e incluso que se ahorcara.
La YouTuber recibió alrededor de 10.000 mensajes negativos. El impacto en su salud mental fue tan fuerte que la mujer no publicó un video nuevo en su canal en más de un año.
La mujer está decidida a averiguar la identidad de la persona que comenzó todo tachando a su personaje de abusona y ha presentado una demanda ante el Tribunal de Distrito de Tokio, revela Asahi Shimbun.
La agraviada quiere que la justicia reconozca que los ataques difamatorios contra su personaje virtual constituyen una violación de sus derechos humanos como persona real.
Google, que opera YouTube, dijo que no piensa revelar la identidad del atacante.
Para la demandante, el trabajo como YouTuber no es solo una fuente de ingresos, sino un espacio de bienestar. Huérfana desde niña, la mujer cuenta a Asahi que los mensajes positivos de sus fans levantan su ánimo.
El ataque a su personaje, aunque no fue dirigido a ella como ser humano, la ha dañado, dice, poniendo su vida patas arriba. (International Press)
