El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar Social abrió hoy el almacén donde se guarda el excedente de la campaña de las “abenomask” que entregó mascarillas de tela a los hogares de todo el país en medio de una escasez del producto ocurrida el año pasado.
La noche de ayer, el primer ministro Fumio Kishida anunció que desharía de ellas antes de acabar el presente año fiscal. En octubre pasado se comprobó que había un stock de 81,3 millones de mascarillas guardadas en unas 100.000 cajas de cartón apiladas en columnas de unos cinco metros de altura.
El almacén está cerca a Tokio. Las mascarillas ocupan unos 5.200 metros cuadrados y están dentro de estructuras de hierro de 1,7 metros para evitar que las cajas se derrumben.
Las cajas de cartón llevan pegatinas que dicen “para todos los hogares” y “cuidados para largo plazo de conservación”. No todas las cajas son del mismo volumen. Unas guardan 100 unidades y otras 1.000.
Dado que las mascarillas se adquirieron a 17 empresas distintas, el diseño de las cajas también es diferente, aunque cada mascarilla se encuentra dentro de una envoltura de plástico individual. El gobierno compró 287 millones de piezas.
Según datos revelados por Kishida, “alrededor del 15% del inventario es defectuoso” y es extremadamente difícil que el excedente sea distribuido en las condiciones actuales. Además, ahora el gobierno posee un stock de más de 500 millones de mascarillas de alto rendimiento que le permitiría hacer frente a una emergencia.
Aún hay voces en el Parlamento que exigen la eliminación inmediata de las «abenomask» debido a los altos costos de almacenamiento que ya han superado los 600 millones de yenes. (IP/RI/PJ/)