En 1978, Yaeko Taguchi, una japonesa de 22 años, fue secuestrada por Corea del Norte.
Su hermano mayor, Shigeo Iizuka, murió el sábado en un hospital en la prefectura de Saitama sin poder reencontrarse con su hermana.
Iizuka crio al hijo de su hermana Yaeko como si fuera su propio hijo. El hombre, hoy de 44 años, calificó como “cruel” que su tío y su mamá no pudieran volver a verse.
Shigeo Iizuka, de 83 años, fue líder del grupo de familias de los japoneses secuestrados por Corea del Norte en las décadas de 1970 y 1980.
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, lamentó profundamente la muerte de Iizuka.
“Lo conocí poco después de asumir el cargo (de primer ministro) y me impresionó que dijera que nunca se daría por vencido”, dijo, según Jiji Press.
“No hay tiempo que perder, pues las familias de las víctimas están envejeciendo”, manifestó.
Por su parte, el secretario jefe del gabinete y ministro a cargo del tema de los japoneses secuestrados por Corea del Norte, Hirokazu Matsuno, lamentó que el gobierno de Japón no pudiera repatriar a Taguchi y que se reuniera nuevamente con su hermano mientras aún estaba vivo. (International Press)
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