Entre noviembre de 2018 y junio de 2021, la compañía de alimentos Nakamuraya empleó en su fábrica de la prefectura de Saitama a seis nepalíes que no tenían autorización para desempeñar la actividad que realizaban.
Los extranjeros habían obtenido el estatus de residentes para trabajar como intérpretes.
La policía ha acusado al fabricante de productos como el curry de violar la ley de Control de Inmigración, informó Mainichi Shimbun.
El gerente a cargo de la contratación de personal admitió su culpabilidad. “Sabía que eso era ilegal, pero los hice trabajar para resolver la escasez de mano de obra”.
Los seis aludidos no serían los únicos involucrados en actividades ilegales. Nakamuraya tendría al menos a 40 extranjeros, incluyendo a vietnamitas, trabajando ilegalmente en la fábrica de Saitama desde 2018, según la policía.
Los altos cargos de la compañía, entre ellos el presidente, no sabían de las maniobras ilegales del gerente. (International Press)