Luego que los mercados reaccionaran con frialdad a la propuesta de aumentar los impuestos sobre los ingresos por inversiones, el nuevo primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha comenzado a dar marcha atrás en una de sus principales políticas.
“Se ha centrado mucha atención sólo en el tema de los impuestos y existen percepciones erróneas generalizadas de que lo haremos de inmediato”, declaró Kishida durante un programa de Fuji TV ayer domingo.
Hace una semana, Kishida había sugerido en su primera conferencia de prensa que aumentar el impuesto sobre las ganancias de capital y los dividendos era “una opción” para fomentar el crecimiento económico. Los especialistas dijeron que la idea expuesta era el símbolo del pensamiento redistributivo del recién electo gobernante del país.
Sin embargo, las declaraciones generaron preocupaciones de que el plan podría obstaculizar el objetivo del país de aumentar la inversión. La bolsa cayó el jueves en 6,8%, más de 966 yenes, para colocarse en el promedio de 27.498, fenómeno que algunos llamaron el “shock Kishida”.
“Si mi pensamiento está teniendo un impacto, necesito aclarar el malentendido”, manifestó ayer y agregó: “el crecimiento es clave de la distribución. La idea básica es que el crecimiento esté sobre lo demás en importancia”.
En la actualidad, Japón tiene un impuesto fijo del 20% sobre las ganancias por inversión. En Estados Unidos es un 30%. El Nikkei dijo que debido a esto la carga de los impuestos sobre la renta y a la residencia alcanza un máximo de ingresos anuales de 100 millones de yenes (900.000 dólares). Para algunos expertos este límite de los 100 millones está provocando desigualdad.
Kishida, comprometido con iniciar un “ciclo virtuoso de crecimiento y distribución, sugirió una reforma tributaria, lo que generó propuestas como elevar el impuesto mencionado por encima del 20% o aumentar gradualmente el tributo a las personas con altos ingresos.
Hoy el índice bursátil Nikkei se recuperó en 1,60% para llegar a 28.498,20 yenes. (RI/NI/BO/)
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